La reproducción es una de las funciones vitales de todos los seres vivos, junto con la nutrición y la relación, pero mientras que éstas aseguran la supervivencia del individuo, la reproducción asegura el mantenimiento de la especie.
La reproducción es el mecanismo biológico por el cual se perpetúa la especie humana. A través de este proceso se transmiten los caracteres de la especie de generación en generación. Mediante la reproducción los seres vivos obtienen descendientes iguales o similares a los progenitores.
Los humanos sentimos afecto, es decir, queremos a otras personas, independientemente del sexo. Manifestamos nuestra sexualidad de formas muy diversas, y no siempre buscando la reproducción. Este componente de la sexualidad nos hace distintos a los animales, y enriquece nuestra personalidad. En la sexualidad humana el cariño y la ternura permiten disfrutar de la relación sexual de una forma más completa, no limitándose ésta únicamente al coito. La forma de vivir y sentir la sexualidad está muy influenciada por la cultura y la educación de las personas.